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Decorar y organizar una oficina no tiene nada que ver con decorar y organizar una casa. Si en una casa la estética tiene una función meramente contemplativa, en la oficina ésta debe servir a un propósito comercial y laboral. Y, aún más importante que la estética, es la funcionalidad. Las puertas no se escapan a esta dinámica.

Cuando diseñamos una oficina, tenemos que tener en cuenta una serie de factores a la hora de tomar la decisiones arquitectónicas y decorativas. En primer lugar, debemos hacernos una pregunta: ¿Qué queremos hacer en esta oficina? Según lo que respondamos, la decoración debe variar. De esta forma, no es lo mismo escoger las puertas para una oficina que va a tener por principal cometido el realizar reuniones con clientes y entrevistas que hacerlo para un espacio de trabajo.

Y es que en el ambiente empresarial, la tendencia que más domina las oficinas en los últimos años es la del open space. Una superficie amplia de trabajo en la que los diferentes empleados se pueden relacionar e interactuar entre sí sin ningún tipo de barrera arquitectónica. En estos lugares, el mejor tipo de puerta que se puede escoger es el de una puerta de cristal.

Las funciones de la oficina: claves para elegir la puerta

Pero una empresa rara vez es únicamente un open space en el que las únicas puertas que se coloquen sean las transparentes y de cristal. De hecho, en muchas oficinas hay lugares muy sensibles como pueden ser centros de datos, servidores u otro tipo de estancias en las que hay objetos de valor. En estos lugares, como si de la entrada de una casa se tratase, aconsejamos usar una puerta blindada o acorazada.

Sin embargo, la principal función de una puerta es la de impedir el acceso a un lugar y conseguir darnos una cierta intimidad. Por eso, si queremos establecer espacios de trabajo en nuestra oficina como los despachos en los que tener reuniones telefónicas sin ser importunados, la mejor opción puede ser una puerta lacada o de vinilo. Estas dos soluciones son muy distintas desde un punto de vista estético pero consiguen lo mismo: aislar un espacio para trabajar mejor y con una mayor concentración.

Otra posibilidad, desde luego, es la de optar por puertas de madera para nuestra oficina. En este caso estaríamos optando por un modelo mucho más tradicional. Esto es algo que debemos tener en cuenta a la hora de determinar si nuestro negocio debe optar por ellas o no. Si, por ejemplo, nuestra oficina es un bufete de abogados no habría ningún problema por tener este tipo de puertas. Sin embargo, si somos una empresa tecnológica podemos entender que este modelo lastraría nuestra imagen.

Y es que, como decíamos al principio del artículo, debemos escoger las puertas para nuestra empresa en función no tanto de la estética sino de la imagen de marca que queremos dar. ¿Quieres impresionar a tus clientes? ¿Llamar la atención? ¿Obtener funcionalidad? Sea lo que sea, cualquiera de nuestras puertas puede solucionar tus problemas de gestión de espacio.

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