Lacados y barnizados de puertas de interior: qué tener en cuenta

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A la hora de elegir las opciones de acabado de tus puertas de interior, el lacado y el barnizado son dos opciones muy populares. Ambos proporcionan una capa protectora y un aspecto personalizado, pero difieren en cuanto a su aplicación, mantenimiento y coste.

Si estás pensando en lacar o barnizar las puertas de tu interior, esto es lo que debes saber sobre cada opción.

Lacar Puertas de Interior

Lacar es el proceso de aplicar un acabado duro y brillante a las puertas de interior. El barniz más utilizado es el poliuretano, que está disponible en versiones al óleo y al agua. El barniz de poliuretano proporciona un acabado duradero y resistente a los arañazos, los golpes y la humedad.

La aplicación del barniz comienza con el lijado de la superficie de la puerta para crear una superficie lisa y uniforme. A continuación, se puede aplicar una imprimación para ayudar a que el barniz se adhiera a la puerta.

El barniz propiamente dicho se puede aplicar con un pincel, un rodillo o una pistola pulverizadora, y hay que dejarlo secar antes de aplicar nuevas capas. Una vez aplicado el número deseado de capas, hay que lijar ligeramente la puerta y terminarla con una capa transparente.

Pros y contras del lacado

La principal ventaja del lacado es su durabilidad. Una puerta bien lacada puede durar años sin necesidad de ser vuelta a lacar, lo que la convierte en una buena opción para zonas de mucho tránsito. Además, el acabado brillante del barniz puede dar un aspecto lujoso a una habitación.

Por otra parte, el lacado de una puerta puede ser una tarea que requiera mucho trabajo y un poco más de destreza y tiempo para hacerlo bien. Además, los vapores del barniz pueden ser fuertes, por lo que es imprescindible una ventilación adecuada.

Barnizar puertas de interior

Barnizar es el proceso de aplicar un acabado semitransparente y protector a las puertas de interior. El barniz se elabora generalmente a partir de una resina oleosa, y puede aplicarse con pincel o rodillo. El barniz seca formando una capa flexible y protectora que resiste los arañazos, los golpes moderados y la humedad. El barniz se presenta en distintos brillos, desde mate hasta alto brillo, para que puedas elegir el nivel de brillo que mejor se adapte a tu habitación.

La aplicación de barniz suele ser más fácil que la del lacado. La puerta debe lijarse para eliminar las imperfecciones y crear una superficie lisa. A continuación, se aplicará una capa de imprimación, seguida del barniz. El barniz debe aplicarse en capas finas y uniformes, y debe dejarse secar antes de aplicar nuevas capas. Una vez aplicado el número deseado de capas, hay que lijar ligeramente la puerta y terminarla con una capa transparente.

Pros y contras del barnizado

La principal ventaja del barnizado es que es un proceso más fácil y rápido que el lacado. También tiende a producir un aspecto más natural que el barniz. Por otro lado, las puertas barnizadas suelen no ser tan duraderas como las lacadas y pueden necesitar un nuevo barnizado cada pocos años. Además, el barniz es más propenso a dañarse por el calor y los productos químicos.

Tanto el lacado como el barnizado son opciones de acabado populares para las puertas de interior. Al elegir entre uno u otro, es importante tener en cuenta el nivel de durabilidad que necesitas, así como el nivel de brillo y acabado que deseas.

El barniz proporciona un acabado más duradero que la laca y puede utilizarse para crear un aspecto más brillante. El barniz, en cambio, es un proceso más sencillo y rápido, y puede utilizarse para crear un aspecto más natural. Con el cuidado y mantenimiento adecuados, cualquiera de las dos opciones puede proporcionar un acabado bonito y duradero a las puertas de tu interior.

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