¿Qué son las puertas vinilo?

Por lo general, el vinilo nos hace recordar los clásicos discos con que escuchaban música nuestros padres y abuelos, pero el material es en realidad versátil. Es ampliamente utilizado en la decoración, tanto en la fabricación de piezas funcionales como en la reparación o remodelación de espacios. Su versatilidad le confiere utilidad en el diseño de objetos de conceptos variados; incluso existen puertas vinilo que pueden dar una acabado muy sofisticado a interiores.

En esta oportunidad nos centraremos en sus usos en el campo de la decoración, que no son para nada limitados. ¿De dónde viene este material? ¿Cómo se usa para decorar espacios? ¿Cómo se hacen las puertas vinilo? ¿Cuánto pueden durar instaladas? ¿Cuál es el mejor lugar para colocarla? Te ofrecemos respuesta a estas y otras preguntas a continuación.

¿Qué es el vinilo?

El vinil es un material que se obtiene a partir de la polimerización del cloruro de vinilo o cloroetileno. Sabemos que suena complejo, pero en realidad es bastante simple. Para tener una idea, este compuesto es el que se usa para producir el popular un policloruro de vinilo (PVC); y, como muchos saben, este compuesto tiene una larga trayectoria en la industria del plástico. Es tan versátil que podemos adherir a las puertas vinilo para redecorar totalmente un espacio.

Esto nos lleva a aplicaciones más concretas. Básicamente, se trata de un adhesivo de alta resistencia y durabilidad con el cual podemos forrar casi cualquier cosa. Gracias a estas propiedades podemos darle un acabado totalmente distinto a los objetos; en un minuto podríamos tener una pared aburrida y deteriorada y en otro una pared divertida con color y un diseño asombroso. De igual forma, se puede colocar a las puertas vinilo para restaurarlas o cambiar su apariencia drásticamente.

¿Cómo colocar vinilo a las puertas?

Cuando queramos un cambio en nuestro espacio, ya sea oficina personal, casa o habitación, el vinilo puede ofrecernos justo lo que necesitamos. Podemos forrar las puertas vinilo por nuestra cuenta, pero también podemos pedir a expertos en decoración que nos orienten o que lo hagan. De este modo, tenemos mayor garantía de obtener el resultado esperado. Lo primero es escoger el modelo que más nos guste o que encaje más con el objetivo.

Lo siguiente será preparar la puerta para recibir el material, tal y como hacemos antes de aplicar pintura sobre alguna superficie. Por ejemplo, si la puerta es de metal sin barnizar, podemos limpiarla con alcohol etílico; en cambio, si es de madera, podemos usar un trapo húmedo con agua. Lo importante es evitar sustancias agresivas o que puedan dejar residuos, porque esto afectará el acabado final de la puerta vinilo.

Una vez finalizada la limpieza, esperamos que seque la superficie para convertir nuestra entrada en una puerta vinilo. Entonces tomamos el material y retiramos la parte adhesiva del papel en el extremo en que empezaremos a forrar. Lo colocamos sobre la superficie y empezamos a desplegarlo poco a poco haciendo presión, evitando que se formen burbujas. Si esto pasa, podemos despegar y volver a colocarlo con cuidado.

Consejos para usar puertas vinilo durante mucho tiempo

Si bien las reformas de las casas o de las oficinas suelen traer mejoras en el confort de quienes se alojan en ellas, la idea no es hacerlas con mucha frecuencia. Un buen trabajo debería permanecer en buen estado y funcionar durante un tiempo que va a estar determinado por la calidad de los materiales empleados. Este material no es la excepción, por lo que las puertas de vinilo deberían ubicarse en espacios idóneos para que perduren.

Los exteriores no son la opción más idónea para las puertas vinilo, ya que los factores ambientales pueden deteriorarlas antes de tiempo. En general, se recomienda ubicarlas en espacios interiores, para separar oficinas de pasillos o espacios dentro de una casa. Aunque, claro está, todo dependerá del diseño y del objetivo de la puerta en cuestión.

En general, los vinilos deben almacenarse como máximo durante unos 2 años en un rango de temperatura muy limitado: entre unos 18 y 22 °C. A la hora de colocarlo, la temperatura debe ser de más de 8°C ya que, de lo contrario, podría no adherirse correctamente a la superficie. Aunque, por supuesto, el exceso de temperatura tampoco es bueno; si se coloca por encima de los 30°C, entonces quedaría muy blando y podría dañarse.