Consejos para elegir una puerta corredera de madera

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¿Por qué elegir una puerta corredera de madera? Hay muchos motivos para ello, pero quizá uno de los que más se valore es que la madera es un material muy versátil. No solo aporta calidez a cualquier estancia, sino que además se puede trabajar en tantos acabados que combina perfectamente con cualquier estilo o ambiente que se quiera dar al hogar.

Pero una puerta corredera de madera tiene muchas más ventajas. Por un lado, permite optimizar el espacio, por lo que es una solución perfecta para casas pequeñas. Por otro, aporta intimidad, ya que aísla y oculta mejor que las de cristal. Y, además de todo ello, hablamos de puertas que pueden ser muy ligeras y, a la vez, resistentes, según el modelo por el que nos decantemos.

Cómo elegir el tipo de puerta corredera de madera adecuada

Una puerta corredera de madera debe cumplir dos criterios: debe ser funcional, puesto que normalmente su uso va a ser continuo, y tiene que ser decorativa, ya que se trata de uno de los elementos más visibles de cualquier vivienda.

Fijándonos en el primero de los aspectos, lo primero que deberás decidir a la hora de elegir una puerta corredera de madera es si será vista o empotrada. La mayor ventaja de estas últimas es que permiten dejar completamente libre la pared, por lo que se pueden poner muebles en ella. A cambio, necesitan un doble tabique para ocultarse, de modo que el precio de la instalación se encarece.

Otro aspecto importante que deberás valorar antes de elegir una puerta corredera de madera es el hueco en el que se va a instalar. Este tipo de puertas se mueven con una gran facilidad, pero si el espacio es muy ancho, es más aconsejable optar por puertas dobles.

Cuestiones de estética

Una vez decidido el tipo de puerta corredera de madera según su instalación, hay que fijarse en el aspecto estético. Y aquí el abanico de posibilidades es enorme. Por un lado, en lo que al material se refiere, ya que hay puertas fabricadas en diferentes clases de madera, desde las más nobles como el roble, el cerezo o el haya hasta las más sencillas, como las fabricadas en sapelly.

En lo que respecta a los acabados, una puerta corredera de madera puede ser ciega, pero también puede llevar cristal o cualquier otro elemento decorativo. Además, se puede elegir entre puertas barnizadas en diferentes tonos o lacadas. De esta manera, no es complicado encontrar modelos que combinan perfectamente con ambientes rústicos, modernos, nórdicos o urbanos

En una puerta corredera de madera, además, hay otros aspectos que también se pueden elegir. El carril puede ir en el techo o apoyado en la pared. En este último caso, caben dos opciones: que sea visto o que lleve un embellecedor ocultándolo, una solución más común en ambientes clásicos. También hay diferentes tipos de tiradores: más visibles, más discretos o incluso encastrados en la hoja, ideales para decoraciones minimalistas.

Todo ello hace que se pueda imprimir a cada puerta de madera corredera una personalidad propia, adaptándose sin problemas al estilo que queramos imprimir a nuestra casa. Y siempre sin perder la función que debe tener cualquier puerta: la de aislar una estancia del resto de la vivienda.

Pero además de todas las cuestiones mencionadas, hay una que nunca se debe pasar por alto: cualquier puerta corredera de madera que elijas debe ser de buena calidad en todos sus elementos, tanto en la hoja como en los herrajes. Quizá su precio sea algo más elevado, pero a la larga será una buena inversión porque la puerta se conservará en perfecto estado a pesar del uso continuo.

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